La fuerza no viene de la capacidad corporal,
sino de una voluntad férrea.
Mahatma Gandhi
Las injurias y los beneficios
penden de la voluntad.
Séneca
Hace algunas semanas en la ciudad se dió a conocer la noticia de una enfermera que al borde de un colapso nervioso había subido a un anuncio panoramico de una tienda pensando suicidarse, sin embargo la mujer fué rescatada por un valiente ciudadano que subió hasta donde ella estaba, la sujetó fuertemente y poco después fue ayudado por un policía, quienes tranquilizaron a la mujer, para posteriormente bajarla.
La mayoría de los medios omitieron señalar un valiente y heroíco acto. El joven que subió a rescatar a la mujer, pasó por el lugar en un camión urbano y vió a la mujer subiendo al panorámico, después el joven bajaría del camión y regresaría en taxi a ayudar a la mujer, "Pensé que si le pasaba algo, no podría perdonarmelo, por eso regresé" mencionaría el joven a un medio de comunicación. Así el joven arriesgaría su propia vida por ayudar a la mujer, porque su conciencia se lo ordenó.
Desde que leí la noticia hace semanas no puedo dejar de pensar en el dialogo interior de aquel joven: "Pensé que si le pasaba algo..." Es alguien que se sabe que puede ayudar y lo hace, sin pensar si alguien más lo haría por él, si la mujer cedería, ó cualquier otra excusa que alejara de su pensamiento el deseo de ayudar. El joven escuchó la voz y aplicó su voluntad, y eso salvó una vida.
Nuestro mundo cada vez esta mas lleno de miedos, odios, culpas y frustraciones. Eso pone un cerco a nuestros pensamientos solidarios, ahoga nuestra vocecilla interna y contiene nuestra voluntad dispuesta al amor valiente.
Invito a reflexionar un momento en este joven y su dialogo interno, a acariciar el momento en que decide regresar, el momento en que se abandona y toma (sin pensar en el riesgo) la desición de subir en pos de aquella mujer necesitada. ¿Podríamos nosotros actuar frente a un llamado así?
Rezamos y Agradecemos Juntos!
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