lunes, 20 de noviembre de 2017

Tres Historias, Tres Lenguajes

Primera Historia
Me encontraba en un festival de baile en un teatro, cuando a mi lado un señor de avanzada edad tomó su celular porque seguía el turno de su nieta, así que encendió la lampara de su teléfono y comenzó a tomar vídeo (supongo que pensó que saldría mas claro con la luz encendida). Un señor que se encontraba en el asiento de adelante se mostró sumamente molesto y algo le decía a su esposa, para finalmente sacar su celular, encender la lampara y voltearla hacia donde se encontraba mi vecino...Yo me quedé francamente desconcertado, y fue por más, le pidió a su esposa que sacara su celular e hiciera lo mismo, pero supongo que en ella hubo algo de prudencia porque no lo hizo. Así que durante los 4 minutos que duró el baile, el señor de adelante apuntó la lampara de su teléfono contra el rostro de mi vecino que se encontraba tomando vídeo a su nieta... 

Segunda Historia
Hace algunos meses que nuestra hija finalmente se decidió por una fiesta de quince años, y pidió que fuera antes de que concluyera el ciclo escolar para que empatara todavía con sus compañeros y compañeras de tercero de secundaria. Así que entre las prisas buscamos un salón que estuviera disponible a principios de junio, y entre muchos conseguimos uno. Ya fijada la fecha, mi hija publicó en sus redes sociales la agenda de sus quince años y se dio el caso de que coincidió con la fecha de fiesta de XV de otra alumna de su escuela. Así que se dio una especie de "guerra de xv años" en el que dos de los chambelanes que habían aceptado acompañar a mi hija, fueron "reclutados" por la otra quinceañera y algo parecido sucedió a la inversa. Agreguen el morbo y los comentarios de los jóvenes en la escuela sobre el hecho. Además de ver quienes irían a un xv o a otro. Finalmente se llevaron a cabo las fiestas y hubieran quedado solo como anécdota, pero casi un mes después, el último día de clases, en el colegio tienen la costumbre de que los alumnos se regalan entre sí listones que se ponen en la muñeca. Los hay rojos que significan amor, amarillos de amistad, verdes de que se va extrañar a la persona y morados de perdón. Mi hija me comentó que vio a lo lejos a la jovencita del xv años y no dudó en dirigirse hacía ella; le tomó la mano y le amarró un listón morado en la muñeca y le dijo: "lamento mucho lo que pasó, perdóname si hice algo que te lastimara" ... la otra jovencita tomó el brazo de mi hija y le puso un listón morado y le dijo: "también quiero que me perdones si en algo te ofendí" y así ambas se fundieron en un largo y necesario abrazo.

Tercera Historia
Estaba en un festival de baile al aire libre de una Academia de Danza y tocó el turno a las niñas de 3 y 4 años las cuales debían acomodarse en cada uno de los papeles que fueron pegados en el piso para dicho propósito. Sucedió entonces que ya empezando la música dos niñas se plantaron sobre el mismo papel, sin importar que a un lado estaba un papel solo, así que las niñas empezaron a forcejear y una de ellas se fue llorando hacia donde se encontraba una maestra. Luego la niña regresó y se volvió a acomodar donde mismo, es decir donde estaba la otra niña, así que volvieron a empujarse y ahora fue la otra niña quien empezó a llorar pero en ese momento vino una de sus maestras y la acomodó en el lugar que estaba vacío. Así terminaron de bailar sin problema. Pero lo que llamó mi atención fue que ambas niñas una vez que se acabo la canción se tomaron de las manos y salieron juntas de la pista, sin el mas mínimo recuerdo de lo que había pasado hacía unos momentos.

No me cabe duda de que cada historia tiene su propias enseñanzas, yo rescato las siguientes:

En la primera vemos como se privilegia la intolerancia por encima de la comunicación, el revanchismo estéril por encima de la prudencia, los límites de la persona por encima del entorno común y algo aún mas triste, una emoción negativa mal atendida que surge a la primera provocación, tengo la impresión que en el fondo se trataba de un sufrimiento.

La segunda historia nos habla de que nunca es tarde para fraternizar, para ponernos a cuentas, para hacer lo correcto. Cuando pregunté a mi hija que la había motivado a acercarse a la compañera a hacer las pases me contestó: "Muy pocos alumnos usan la pulsera morada el fin de curso, cuando yo vi a mi compañera supe exactamente cual era el sentido de la pulsera, se trataba con ella generar un acción de amor mas profunda".

Por último la tercera historia nos revela algo que sabemos, los niños pequeños entre ellos no guardan enojos ni rencores, no se dan ese lujo ni se instalan en una emoción negativa. En ellos la prioridad es lo que sigue, su corazón esta unido a su capacidad de asombro. Su corazón puro y limpio se encuentra libre de contaminación. Su corazón es aun una fuente de agua limpia.

Tres historias, tres lenguajes. El lenguaje del sufrimiento, el lenguaje del perdón y el lenguaje del amor puro.

Para quienes caminamos en la FE quisiera terminar con una breve oración: "Señor dame un corazón que no alimente rencores ni odios, que mi sufrimiento no sea pretexto para dar la espalda a mis hermanos, que tenga la capacidad de pedir perdón y perdonar y que sobre todo, sea capaz de amar sin ambiguedades como lo hacen los mas pequeños. Amen"

Rezamos y Agradecemos Juntos!




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