lunes, 29 de noviembre de 2010

Sobre la Critica

“El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.”
Lucas 6:45

Recuerdo cuando de muy joven mi padre me pidió que leyera cierto libro;  El libro en cuestión llevaba por título –El Gran Gatsby-, leí el libro y la verdad me pareció una simple novela  sosa, lo cual la hacía muy alejada del estilo de libros que solía recomendarnos mi padre a mis hermanos y a mí. Siendo una novela corta la acabe en unos días, y consternado le pregunte a  mi padre si a él le había gustado la novela; me contestó que sí, y me preguntó si había descubierto algo en ella; Francamente  le dije que no. Él me pidió que le trajera el libro y me pidió que leyera la primera página, la empecé a leer y me dijo de repente: ¡para! Y agregó: “¿Viste la frase? Vuélvela a leer” y comencé a leer el libro nuevamente, y entonces entendí; la novela iniciaba así – Un día mi padre me dijo que cuando sienta deseo  de criticar a otro piense que no ha tenido mis mismas oportunidades- y era todo, eso era lo que mi padre quería que descubriera. Le dije a mi padre que porque no me había compartido mejor la frase y me había evitado leer una novela que no era de mi gusto, y él me contestó con una frase tan acostumbrada “no he leído novela alguna que por mas mala que sea, no me deje algo bueno, lo mismo la vida, no existe experiencia que no deje su enseñanza, a veces al inicio, otras veces al final”.
Recogiendo la frase del libro, me reconozco algo intolerante a las personas que actúan con dolo, a menudo me recuerdo que se odia el pecado no al pecador, pero aún así me cuesta trabajo entender cómo puede alguien sin que siquiera medie un motivo (tampoco se justifica, pero sirve de atenuante), tratar de hacerle daño al otro. Entonces aparece la frase de aquel libro, que en una bella pedagogía me enseñó mi padre, y comprendo a menudo que todos tenemos vacios, y unos los compensan con maneras difíciles de entender, pero debemos de entender que siempre hay dolor, la ignorancia es dolor, el odio es dolor.
En su libro “Y como lo habéis conseguido” el sacerdote italiano Alessandro Pronzato entrevista imaginariamente en el cielo a San Dimas “el buen ladrón” (aquel a quien Jesús le asegura el paraíso en la cruz), y a la pregunta de si se siente afortunado por ganarse el cielo justo 5 minutos antes de morir, San Dimas responde “no soy afortunado, ahora sé que fui privado toda mi vida de ese bello amor del Señor, solo 5 minutos estuve con el maestro, cuando pude haberlo hecho toda mi vida y pudo ser todo tan diferente”. Aquí una critica es respondida con una verdad dolorosa.
Debemos de aprender a tener siempre una mano extendida y un corazón dispuesto, especialmente con aquellos que nos han dañado, pensemos que quizás no han tenido las mismas experiencias de perdón, de amor ó de sufrimiento que nosotros. Nosotros quizás podamos hacer que las cosas sean diferentes para los demás. Si los criticamos no damos oportunidad a nada.
Hablamos de la dureza de nuestros corazones y la blandura de las emociones, que en nada abonan a quienes nos necesitan. “Con la vara que mides serás medido”. Jesús lanza el anzuelo de amor, la samaritana jubilosa se redime, mientras el joven rico se aleja triste, cada uno libre o esclavo, fueron amados igual.
Pidámosle al Señor nos evite de toda crítica malsana, que destruye, que aleja y que nos permita reconocer que en las debilidades de mi prójimo existe el mismo dolor que en las mías.
Rezamos y agradecemos juntos!

lunes, 22 de noviembre de 2010

12 hombres y una convicción

Pasamos tiempos tan difíciles, la violencia, el individualismo, el materialismo, el hedonismo, y muchas otras debilidades humanas parecen fortalecerse, encontrar nido en todos lados;  Hoy parecemos huérfanos, no hay combate, solo pocos se “atreven” a dar la batalla; he estado en muchas manifestaciones de causas sumamente nobles, y nos contamos tan pocos, no obstante el esfuerzo de difusión. Me da la impresión de que se tiene ya por perdida la batalla y que el consuelo está para los creyentes de cualquier religión fuera de este mundo, y para los no creyentes en la supervivencia.
Una amiga mía religiosa y comprometida con causas justas, me ha mencionado en no pocas ocasiones que se niega a creer que en nuestra Ciudad no existan 12 personas convencidas que puedan cambiar el rumbo de las cosas, como lo fueron 12 hombres, la mayoría no letrados, que perseveraron el legado del Nazareno a mas de dos mil años. ¿Es que no habrá 12 voluntades con esa fuerza? ¿Ó existen y lo que está ausente es la causa, ideología ó núcleo que los una? ¿La diferencia fue que su líder caminó a su lado en carne y hueso? ¿Existen las convicciones  en el hombre de hoy? 
Hace algunas semanas leí la diferencia que existe entre ideología, voluntad y convicción. Lo resumo así, la ideología es lo que creemos, la voluntad es el querer hacer ó ejecutar lo que creemos, y la convicción es la ejecución de lo que creemos. Citó un ejemplo: Mi ideología (mis pensamientos) me dicen que el cigarro es malo para mi salud, Mi voluntad decide no fumar, y Mi convicción me da la fuerza necesaria para no fumar. Ahora pensemos en la cantidad de personas a la que su voluntad le exige no fumar, porque su ideología les dice que es malo, pero… su convicción (débil) no le alcanza para dejar de fumar. Podríamos aplicar esta fórmula a muchas cosas, (Que creo, Que quiero y Que hago). Muy cercano por cierto al ver, pensar y actuar.
Apliquemos la formula a los valores del Reino de Dios (justicia,verdad, paz y caridad):
¿Que creemos? ¿cual es nuestra ideología respecto a la pobreza, a las injusticias, a la falta de verdad, a la violencia, a la falta de caridad?
¿Que queremos? ¿Como quisieramos que fuera nuestro mundo respecto a la justicia, la verdad, la paz y la caridad?
¿Que hacemos? ¿cuanto arriesgamos, damos, nos gastamos, sudamos, sacrificamos, para que esa justicia, verdad, paz y caridad se fortalezcan?
Por cierto, he visto a mucha gente confundir la emoción con la convicción, las he visto hinchar su voluntad y volar y prometer y decir y etc. etc., sea en un retiro espiritual, por una película, por un libro, por una predicación, por una historia, un consejo, etc. sin embargo al cabo de unos días su voluntad no explota en convicción y regresa a su zona natural, la de solo buenas intenciones (casi siempre esa es la zona de confort).
Ciertamente los hombres y mujeres de convicción no son bien vistos en un mundo de intereses creados como el que vivimos, desde el principio de los tiempos han pagado precios quienes son firmes en sus convicciones, lo mismo los 12 apóstoles, que religiosos, filósofos, científicos, líderes políticos, gente común dispuesta a luchar por los cambios, por la paz, por la verdad, por la justicia. Quienes no se ajustan al mundo y sus intereses, son perseguidos, humillados, expulsados, y en el mejor de los casos ignorados o controladamente tolerados. Algunos ejemplos modernos que francamente me asombran de hombres y mujeres de convicción son  Gandhi, Mandela, Sor Juana, el obispo Romero, Luther King, Marie Curie, etc.
De Gandhi, Albert Einstein escribió: “las generaciones futuras no creerán que un hombre así camino sobre la tierra”; del obispo Oscar Romero basta saber que la ONU ha designado en su honor el 24 de marzo “Día Internacional por el Derecho a la verdad”, ese día en 1980 fue asesinado el obispo mientras celebraba una misa; el proceso de su canonización es inexplicablemente lento. Las convicciones de ambos fueron totales, y cambiaron al mundo.
La biblia está llena de ejemplo de convicciones, empezando por Jesús  a quienes los creyentes lo consideramos en ejemplo total para construir convicciones (justicia, paz, verdad, misericordia, caridad). Tambien están por citar alguno, El rey Josías, los 7 hermanos Macabeos, Esteban, Moisés, Job, David, Pedro y Pablo, etc.
Propongo que nos hagamos al menos estas tres preguntas y partamos de ahí para reconocer la fuerza de nuestras convicciones: ¿Mis deseos de justicia, paz, verdad y caridad, son en mí, verdaderas convicciones, ó son solo buenas voluntades? ¿Alguna vez he desistido de alguna convicción de verdad, justicia, paz ó caridad por temor de ser rechazado, o por simple apatía? ¿Las convicciones de paz, justicia, caridad y verdad, las comparto con alguien, con algún grupo; dedico tiempo a realizar actividades que las fortalezcan?
A la pregunta de mi amiga la religiosa sobre si hay al menos 12 personas con convicciones para cambiar nuestra realidad, mi respuesta es sí, y creo que somos más de 12, pero hace falta gritar muy fuerte para oírnos y reconocernos, y así  ir el uno por el otro sumando.
Meditemos en esto y pidamosle al Señor fervientemente por nuestras convicciones, yo les comparto mi oración:
“Señor fortalece mi voluntad y transfórmala en convicción para hacer de este mundo mas justo, más humano, mas fraterno” Amen
“Señor dame la convicción que alcance no solo a orar por la paz, sino a construir la paz, desde nuestras familias y comunidades” Amen
“Señor ayúdame a no desistir en mi convicción de revelar la verdad, tu verdad, la que no condena, la que libera y edifica” Amen
“Señor que no ajuste yo la caridad de acuerdo a mi interlocutor, que mi convicción sea amar al hermano que más necesita, al que encuentro, y también al que me rechaza, al que me agrede, al que me odia” Amen
Rezamos y Agradecemos Juntos!

lunes, 15 de noviembre de 2010

Sobre la Mentira

“Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo”. (Efesios 4:25)

Pensé en titular esta reflexión –sobre la verdad-, pero no complacía mi intención de hablar, enfrentar y desenmascarar a  este monstro llamado mentira, que tanto y tanto daño nos hace.
Recuerdo cuando era niño jugando con un grupo de amigos futbol en el salón de la escuela quebré un vidrio de una ventana, todos mis compañeros acusaron a otro niño que apenas había tocado el balón, así que entre todos creamos una “verdad” y la impusimos, la maestra exigió al niño pagar el vidrio; Le platiqué a mi madre esa noche con la alegría de haber evitado tener que pagar el vidrio, fue una especie de comunicar que hubo un ahorro. Mi madre entre seria y triste (ahora lo identifico como amorosa) me miró y me habló las consecuencias de mentir. Al otro día llevé el dinero del vidrio, asumí la culpa y lidie también con la incomprensión de algunos de mis compinches de un día antes. Yo me sentí francamente liberado.
Hace una semana falleció una persona con quien tuve alguna cercanía, una mujer a quien llamare Ángela. Su muerte simple y sencillamente no debió ser; ella se encontraba desde hace tiempo deprimida por el abandono de su esposo, un prominente miembro dentro de lo más selecto de la grey católica en Monterrey; él hace tiempo la abandonó y le pidió el divorcio previa autorización del grupo al que pertenece y eso sumió a Ángela en una profunda depresión y la llevó a adquirir hábitos autodestructivos; el esposo no la ayudó, la condenó. Hace unas semanas él le comunicó que ya no quería el divorcio, que optaría por el camino de la nulidad; eso despedazó a Ángela y provocó una caída libre depresiva que la llevó a la muerte. Quienes estuvimos cerca de ella sabemos que al esposo nunca le importó, nunca la ayudó, nunca estuvo dispuesto a cargar con “esa cruz”, sus rosarios y misas diarias nunca las hizo vida en casa, su filantropía tan conocida en la comunidad con su esposa no tenía cabida, su santidad no le alcanzaba para amar a la madre de sus hijos. Tuvo la desfachatez en el velorio de colocar una foto de él y ella. Finalmente alguien comentó, “debe estar muy feliz, su viudez para él fue como sacarse la lotería, se siente restituido así de todas las gracias”.  Hay quienes viven la vida en los trenes de la falacia, blindados ó ciegos del daño que provocan.
Esta semana murieron también 6 empleadas de una tienda departamental quienes fueron encerradas en la tienda para hacer una auditoría durante la noche, la tienda se incendió y ante la imposibilidad de salir se hizo presente la tragedia. Las 6 murieron calcinadas. Un alto directivo de la empresa manifestó que ellas tenían llaves para salir, una grandísima mentira, pero como en nuestro país la verdad está al lado del poderoso Don dinero,  no nos extrañe que pudiera aparecer algún juego de llaves tirado por ahí.  Mismo caso la muerte de más de 50 niños en la guardería ABC , el de Pasta de Conchos, el de las prostitutas violadas en Castaños Coahuila, el de la indígena Ernestina, el de Atenco, el de la niña Paulette, todos ellos impunemente enterrados desde el poder con mentiras.
La falsedad parece ser un quiste cultural muy común en nuestro País, lo peor es que la falsedad es no pocas veces tolerada con el fin de  vivir una paz social, paz de grupo, paz familiar. He visto a la gente mentir y he visto gente que admite tales falsedades sin problema. Me cuesta trabajo pensar que la mentira sea necesaria para mantener un orden, no necesitamos ser genios para saber que terminaríamos esclavizados a esa mentira.
Hace una semana El Obispo de Saltillo Don Raúl Vera recibió en Noruega el prestigiado premio RAFTO por su labor en la defensa de los más desprotegidos. Sus denuncias que tanto han incomodado en círculos de poder son verdades sobre violaciones, impunidades, abusos. Lamentablemente se habla de su valentía como un hombre de excepción, cuando necesitamos que sea el del hombre común.
Jesús es la Verdad y la Vida; el escándalo que rodeo al Nazareno en gran parte estaba basado en que se conducía con verdad, vino a traernos la verdad, a develar la verdad sobre el Padre, la verdad sobre quienes manipulaban la Ley, la verdad sobre quienes  necesitaban ser rescatados, desnudados, libres. Desnudaba los pensamientos de quienes pretendían hacerle tropezar, acusaba la mala fe de la gente; toda la verdad en él fue total, absoluta e impecable.
A Jesús lo mataron por decir la verdad, escandalizaba e incomodaba esa verdad; luego esa verdad revelada costó y sigue la vida de muchos cristianos fieles en sus convicciones. El profeta debe llevar la verdad sin temor.
Jesús fue abandonado por muchos, cuando develo la verdad sobre su carne, no los detuvo, no ajusto la verdad a sus escuchas, los dejo marchar; Solo sus cercanos se quedaron. Jesús libera a la samaritana en un dialogo bello sustentado en la verdad….dices bien…le diría Jesús a aquella mujer. La verdad no siempre es tolerada, "Apenas Jesús dijo aquello, uno de los guardias presentes le dio una bofetada y le dijo: —¿Así respondes al sumo sacerdote?  Jesús contestó: —Si he hablado mal, demuéstrame la maldad; pero si he hablado bien, ¿por qué me golpeas?"

La mentira empobrece, crea impunidades, castiga inocentes, daña, gobierna a quienes hacen uso de ella, confunde, divide, defrauda, se vuelve una forma de vida. “Los labios mentirosos son abominables para el Señor, pero los que practican la verdad gozan de su favor” proverbios 12,22
Negar la verdad es también mentir, el silencio cómplice es una forma de mentira, no existen la medias verdades. Las instituciones carecen de credibilidad, incluso las religiosas quienes entre tantos escándalos han visto minar su credibilidad entre los creyentes.
La verdad con caridad, si. Pero la sola caridad, sin la presencia de la verdad que descubra, que libere, que edifique, no es más que cisterna rota que no retiene agua. Las mentiras no descubiertas a tiempo, se fortalecen, se enquistan, se vuelven vicio, maña. La verdad es una característica esencial del Reino.
Necesitamos fortalecer la verdad, tener autenticas convicciones, recuperar confianzas, cercanías. Meditemos en esto, pensemos que nunca es tarde para cambiar el camino y dignifiquemos la verdad ante todo, pidámosle a Dios según su palabra:
“Aparata de mí el camino de la mentira, y en tu misericordia concédeme tu ley”. Salmo 119
“Señor no permitas que haga de la verdad, según mi comodidad, conveniencia, que la ajuste a mí persona manipulándola, siendo esclavo de la mentira” Amen
“Señor fortaléceme la convicción de seguir el camino de la verdad, por lo difícil que eso me resulte, por los riesgos que conlleve, aun siendo perseguido a causa de ella, consiente que en un mundo a merced del amo de la mentira solo la convicción de tu palabra me pondrá en camino; empújame a ser profeta y denunciar la mentira que tanto daña”. Amen
Señor no permitas que  olvide que la verdad y la caridad caminan juntas, una libera, la otra construye. Amen
Rezamos y Agradecemos Juntos!

lunes, 8 de noviembre de 2010

¿Que sueñan los jovenes?

Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes;
presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras;
en la enseñanza mostrando integridad, seriedad,
palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario
se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros. Tito 2:6-8

Hace 40 años  los jóvenes de la era de Acuario querían transformar al mundo, soñaron con un mundo más justo, más igualitario, más fraternal; caminaban con Siddhartha bajo el brazo, buscando respuestas que surgían desde adentro, revolución de conciencias le llamaron. Mucho de lo que sembraron resultó buena cosecha.
Hace 20 años fuimos llamados la generación x, apegados a los padres, vacios en muchos sentidos, los musicales nos llamaron. La generación del enorme letargo, del eterno rechazo (religión, política, incluso la familia), nuestra falta de compromiso. Nos resume una etiqueta: “La generación perdida”.
Los jóvenes de hoy llamados generación "Y", los digitales, los ninis, la generación del milenio, son rebeldes y contestatarios pero no existen proyectos comunes, con ellos o se pelea o se negocia ya que poseen amplios conocimientos, los ideales para ellos no son importantes, a lo sumo son individualistas. También tienen una amplia conciencia ecológica.
Nuestra sociedad atraviesa por grandes retos, enorme retos  que requieren de grandes soluciones y no parece haber cohesión generacional, unos y otros no nos entendemos, no armonizamos, en unos la desesperanza, en otros la indiferencia y en otros más la frustración y soledad. 
Hace poco un hecho lamentable, el execrable crimen de una jovencita en pleno centro de la Ciudad, provocó indignación en toda la comunidad, pero fueron los jóvenes quienes mostraron mayor repudio al hecho, quienes prendieron más veladoras.
Tengo la impresión de que no hemos sabido aprovechar la fortaleza y coraje que caracteriza a los jóvenes de hoy, nos vence el temor quizás de que se equivoquen o fracasen, son apolíticos por culpa nuestra y no hacemos nada por remediarlo, muchos de ellos particularmente en nuestras ciudad, vacían sus sueños en las drogas y el alcohol; Un sacerdote cuya parroquia se encuentra rodeada de bares y antros de moda, me dijo que veía en sus rostros la necesidad de llenar algo interno cuando tomaban alcohol, y que después de la resaca, el vacio era más grande en ellos y volvían por mas. Por supuesto no voy a omitir el gran desempleo que existe, sobre todo entre profesionistas, la pobreza y falta de oportunidades en algunos sectores y la segregación y discriminación tambien de muchos de ellos.
Con todo, los jóvenes son el futuro de nuestra Sociedad, nos corresponde creer en ellos, escucharles, conocerles, animarles, involucrarles pero sobre todo amarles.  No podemos pretender decirles que hacer, debemos ayudarles y empujarles en sus modos, en su visión. Esta juventud tiene mucho potencial.
Meditemos en esto, y oremos para poder encontrar las formas que nos lleven a caminar junto a nuestros jovenes, yo propongo la siguiente oración:
“Señor , abraza a nuestros jóvenes que tanto te necesitan, llena sus corazones de tu paz, y que sean ellos los mensajeros de la justicia, verdad y amor que tanto necesita este mundo” Amen.
“Señor  perdónanos por nuestra falta de escucha  a los jóvenes, porque al no atrevernos nosotros también los detenemos a ellos, enséñanos a empujarles a grandes retos que solo logran grandes voluntades como la que depositaste en los jóvenes de hoy, no permitas que nuestra cobardía sea nuestro legado” Amén.
“Señor enséñanos a compartir sueños, esperanzas, a vencer juntos temores, y sobre todo a enamorarlos de ti, que sepan los jóvenes que seguirte a ti, es andar hacia adentro, llenar el vacío y vencer el egoísmo” Amen
Rezamos y agradecemos juntos!