lunes, 31 de enero de 2011

Sobre el Perdón

En días recientes ví una película que trata el tema del perdón. La cinta lleva por título “Cinco minutos de gloria”  y  los actores son Liam Neeson y James Nesbitt, es una película británica-irlandesa basada en hechos reales. Trata de una persona de un grupo radical irlandés (ERI) que le quita la vida a un menor católico en presencia de su hermano. 30 años después el asesino ya liberado es un famoso conferencista en temas de paz, mientras que el hermano del niño asesinado vive con un complejo de culpa por lo sucedido y un odio atroz hacia el asesino de su hermano, por lo que aprovecha que un programa de tv planea reunirlos para asesinarlo. La película refleja de manera nítida  lo mucho que pesa el no perdonar ni perdonarse.
Una de las manifestaciones del amor más grandes, profundas y liberadores que existen es la experiencia del Perdón, pero hay que decirlo, también es la que más cuesta trabajo llevar a cabo, sea por orgullo, por vergüenza, por rencor ó por dolor; perdonar o pedir perdón es para el común de los hombres un circulo difícil de cerrar.
Conozco la historia de una persona que bebió durante mucho tiempo y que hizo vivir a su esposa e hijos una vida difícil durante muchos años; ya muy maduro dejo de tomar, con sus hijos casados y con sus vidas hechas, sin embargo  las cicatrices de la experiencia vivida siempre estuvieron presentes; le diagnosticaron cáncer terminal, máximo 6 meses de vida le dijeron y vivió en un retiro una experiencia espiritual que le permitiría estar en paz. Un día mientras veía un partido de futbol con su hijo mayor se levantó y apagó la tele, su hijo  no entendía, de pronto su padre se volvió hacia el y con lágrimas en los ojos exhaló la frase que por muchos años  cargaba como una pesada lápida: “Perdóname hijo”, quien intentó detenerlo diciéndole no te preocupes, pero entonces el padre ya de rodillas sacó todo el dolor que le acompañaba y pidió perdón de manera detallada por cada sufrimiento infligido a su familia. Dos meses después aquella experiencia de perdón se sometió a una revisión médica rutinaria y su enfermedad había desaparecido en un 95%. Un milagro tan bello como cierto, el perdón sana.
¿Por qué nos es tan difícil perdonar, o pedir perdón?
Entre otras razones creo que porque nos negamos a reconocer lo frágiles que somos, tememos a nuestra propia vulnerabilidad. También a veces esperamos mucho de la otra persona, que dé el primer paso y nos diga que ya está olvidado, pero eso poco ocurre. Derrocar nuestra propia imagen creada es difícil para cualquiera.
Dice la palabra de Dios en mateo 11:25 “Y cuando estéis orando, perdonad si tenéis algo contra alguien, para que vuestro Padre que está en los cielos os perdone vuestras faltas.”  Es un círculo de paz, oramos para estar en paz, y se nos pide en la oración dejar todo rencor con la promesa de que nuestras propias faltas serán perdonadas por Dios, y no me cabe la menor duda de que eso incluye al hermano a quien dañamos.
La naturaleza humana de Jesús nos hace descubrir que en su agonía pidió al Padre su perdón a todos nosotros aludiendo a nuestra propia ignorancia, un acto de Amor que debe bastar para ponernos a meditar.
Nada borra nuestras desafortunadas acciones, pero podemos y debemos de aprender de ellas, y pensar en dar la misma posibilidad a los demás. Una acción que les garantizo traerá mucha paz a nuestros corazones y a nuestra gran familia humana.
Rezamos, Perdonamos y Agradecemos Juntos!!

lunes, 24 de enero de 2011

FRAGILIDAD

 “La Fragilidad del Cristal no indica
Debilidad  sino Calidad”

Qué difícil es que el hombre acepte su propia fragilidad, su fragilidad natural que nunca debe confundirse con la debilidad usual. Podríamos decir que la debilidad es la flojedad del ánimo, mientras que la fragilidad sería  la conciencia de la propia vulnerabilidad.
Una de las parábolas de Jesús que mas me llaman la atención por su simplicidad pero profunda verdad, es la llamada Parábola sobre el Rico Insensato, en la que un hombre con abundantes cosechas se propone hacer graneros más grandes para amasar muchas cosechas y bienes y después descansar; pero esa misma noche Dios le dijo que moriría y le  preguntó al individuo ¿Para quién será lo que has amontonado? . El ser humano resulta avasallado por una fragilidad de la que nunca tuvo conciencia.
¿Porque nos cuesta a los seres humanos tener conciencia de nuestra vulnerabilidad?  Una respuesta honesta podría ser la siguiente: Por soberbia.
En la parábola el hombre piensa en amasar y después disfrutar, pero el tiempo no le alcanza. Muchas veces nosotros tenemos nuestras prioridades establecidas de maneras erróneas, como ejemplo puedo decir que como abogado he sido testigo de muchos divorcios en los que algún cónyuge o ambos nunca tuvieron conciencia de la fragilidad del matrimonio y postergaron perdones, tiempos y alegrías siempre para después; esa fue su gran debilidad que llevo al matrimonio a la quiebra. Caso contrario un amigo que tengo y que es alcohólico lleva sobrio 12 años, porque se reconoce frágil ante el alcohol y  no lo bebe (si fuese débil seguiría tomando). Aquí su fragilidad se vuelve fortaleza, lo hace fuerte y le templa el carácter.
Personalmente puedo decir que en días recientes platicaba con alguien de cómo durante casi 20 años sufrí de una aguda gastritis en que conocía todos los medicamentos que existían en el mercado y los tomaba a diario. Después de la fuerte experiencia espiritual que viví y en la que deje de luchar contra mí mismo, la gastritis desapareció.  Me reconocí frágil, amado y con gran capacidad de amar. Eso me liberó.
Las cosas buenas que salen del hombre tienen sustento en su propia fragilidad: el amar, el perdón, la reconciliación, la tolerancia, la verdad, la comprensión, etc.; Mientras que las malas como la envidia, el egoísmo, la vanidad, la soberbia, la lujuria, el odio tienen su origen en un corazón que no descansa, que no armoniza, que se niega a ser pequeño y vulnerable.
Seamos conscientes de lo vulnerables que somos y que ello nos lleve a amar mas a nuestra pareja, a nuestros hijos, a todos los que formamos la gran familia humana; que nuestra fragilidad nos aliente a las experiencias de fraternidad, solidaridad y empatía con quien más  nos necesita. Quizás la fragilidad  humana se halle implícita en negarse a si mismo y cargar nuestra cruz.
 El diamante es el material más duro que existe pero es extremadamente frágil.
Rezamos Juntos!

lunes, 17 de enero de 2011

Dar y Recibir

“…Unos que a sus alas van sumando
a los demás, y otros derribando por llegar..”
De la canción “Unos y Otros” de A. Filio

Una jovencita dominada totalmente por la ira le quitó la vida a su hijo de tan solo 1 año y 6 meses  de nacido; no es un hecho aislado, basta ver las noticias a diario para ser testigos de la miseria humana y  me duele decirlo, vivimos en un mundo cada vez más violento, más agresivo, más enojado, hemos perdido la brújula camino a la paz, a la felicidad.
Hace algunos meses escribí una reflexión titulada “¿Estamos enojados con Dios?” donde planteaba que el enojo y el miedo se estaba combatiendo en sentido contrario a la Fe, en una guerra ya contaminada por la desesperanza. Valdría la pena que analizáramos que produce el desasosiego que habita en nuestras almas y como vencerlo en pro de nuestra felicidad personal y como gran familia humana.
Muchos eruditos han escrito sobre la felicidad: Seneca y el arte de dar, Platón y la práctica de la virtud, Gandhi y la felicidad en la lucha no en la victoria, El Dalai Lama y la compasión, Freud y el arte de vivir, solo por citar algunas propuestas con un gran valor.
En la biblia y particularmente en el libro de los Hechos de los Apóstoles Pablo enuncia unas palabras que me parecen reveladoras  “Con este ejemplo les he enseñado claramente que deben trabajar duro para ayudar a los débiles. Recuerden las palabras del Señor Jesús: "Hay mayor felicidad en dar que en recibir”      
Visto Contrariu Sensu Pablo exhibe algo trascendental: que nuestra infelicidad se centra en nuestra incapacidad de dar, en el cada vez más creciente egoísmo humano, en nuestra falta de solidaridad; Todo mundo hablamos de una realidad cada vez más ácida, pero son muy pocos quienes  se atreven a frenar y buscar nuevas fórmulas, incluso las autoridades políticas y las religiosas se muestran incapaces de generar un discurso que dé respuesta al desasosiego del individuo, a su infelicidad, a su individualismo cada vez más  miserable que le carcome y aleja de sí mismo, de su núcleo, de su alma.
Nos pensamos tan pobres que ponemos nuestra felicidad a expensas de las circunstancias, al placer, al tener, al querer; Cuando la riqueza que tenemos nos da una capacidad ilimitada para amar, para dar, para servir y convertir todo desasosiego en certeza, en fe, esperanza y caridad.
Mi humilde propuesta es descubrir el cambio tan grande que se puede generar si nos ponemos al servicio de los demás, hay tanto por hacer. Nosotros podemos salvar al hermano de su ira, de su enojo, de su necesidad de ser amado y salvarnos nosotros de los mismos males. Les aseguro que ello nos dará felicidad personal y màs importante aún Fraterna y Colectiva. 
Por ultimo viene a mi mente un poster de Alcohólicos Anónimos que vi cuando muy niño: “Dormí y soñé que la vida era alegría, y desperté y vi que la vida era servicio,  serví y  descubrí la felicidad.” 
Rezamos, Servimos y Agradecemos Juntos!

lunes, 10 de enero de 2011

Ejercitar el Corazón

…El problema no es
despeñarse en abismos de ensueño
porque hoy no llegó
al futuro sangrado de ayer
El problema no es
que el tiempo sentencie extravío
cuando hay juventudes
soñando desvíos
El problema no es
darle un hacha al dolor
y hacer leña con todo y la palma
El problema vital es el alma
El problema es de resurrección
El problema señor
será siempre
sembrar amor.
(Extracto canción El Problema S. Rodríguez)

En un ejercicio estadístico dado a conocer  recientemente se dan a conocer cuáles son los propósitos más  comunes  de año nuevo, es decir, aquello que juramos el último minuto del año anterior y que por lo menos en ese momento consideramos prioritario, o bien necesario según sea el caso. Los propósitos son los siguientes: dejar de fumar, hacer ejercicio, comenzar la dieta, ahorrar dinero, disminuir el consumo de alcohol, encontrar trabajo (ó un mejor trabajo según el caso), buena alimentación, viajar, estudiar algo, reducir el estrés en el trabajo.
Es claro que cualquiera de los propósitos mencionados son de obra buena para el hombre, sin embargo pienso en los propósitos del corazón, propósitos que cubran necesidades del corazón, aquellos que aparecen cuando cerramos los ojos y en nuestro desierto interior se nos revelan o bien nos son revelados. Propósito de Perdón, de Cercanías, de Solidaridad, de Fraternizar, de Rescatar o ser Rescatados, de AMAR.
Por ello les comparto una humilde propuesta: Ejercitar el Corazón partiendo de la siguiente premisa: Todo lo bueno contenido en el alma del ser humano se anida en el corazón.
Como ocurre con  nuestro cuerpo, también tenemos corazones obesos, flojos, sin práctica, tensos, y más aún, contaminados, egoístas, presumidos, dañados, lastimados, heridos, tristes, sin ánimos, etc.; entonces al igual que con nuestro cuerpo le damos al corazón limitadamente solo un uso básico.
Diseñemos nuestras rutinas para ejercitar nuestros corazones y como es natural a falta de práctica, podríamos iniciar con ejercicios simples como recordarle a la gente cercana lo importante que son para nosotros, comunicarles que les amamos.  Aplicar la de por lo menos 5 abrazos diarios también es básica, la llamada a quienes tenemos tiempo de no ver, interesarnos en quienes nos rodean, y así pequeños pasos, que nos permitan después escalar otro nivel donde se encuentra el perdón, la reconciliación, la comprensión, matar egoísmos, la práctica de la humildad, entre otros. Y finalmente descubrir todo el potencial que posee el corazón de cualquier ser humano, y hacer efectiva la verdad, la paz, la justicia y el amor en plenitud.
Jesús es el gran ejemplo de un corazón usado a plenitud, al extremo. En la época de Jesús quizás no había los adelantos tecnológicos de hoy, pero si existían muchos de los problemas que envilecen al hombre como hoy. Siempre he pensado que cuando Jesús se apartaba solo  o se levantaba muy temprano a orar, pensaba en todos aquellos con quienes se cruzaría durante el día y alimentaba en su corazón la convicción de amarles. Su capacidad humana e ilimitada de amar es de todos conocida.
Pensemos y meditemos que siempre es tiempo de comernos nuestras doce uvas, de pedir nuestros doce deseos, de escribir nuestros propósitos y que unos y otros sean a favor de realizar el bello e indispensable ejercicio de suma para el Amor.
Rezamos, Amamos y Agradecemos Juntos!!