"La sociedad tecnológica ha logrado multiplicar
las ocasiones de placer, pero encuentra
muy díficil engendrar alegría"
Papa Francisco
La Alegría del Evangelio
Hace algunos años mi esposa y yo trabajamos en un
apostolado para matrimonios en crisis de la mano de un sacerdote de la
comunidad (ahora Obispo); recuerdo bien que no fueron de ninguna manera días de
miel sobre hojuelas en muchos sentidos; mi esposa y yo nos sentíamos muchas
veces cansados, frustrados, incomprendidos y hasta tristes en ocasiones por no
poder empatar nuestros corazones con otros miembros del equipo. Entonces renovábamos
fuerzas y con aquel sacerdote decidíamos seguir adelante con compromiso, con
mucha convicción, con entrega…y aquel sacerdote siempre agregaba a nuestras palabras: “Y con
alegría”…Y a cada plan y esfuerzo, el sacerdote volvía añadir “Y con alegría”… Era claro que sin ese
ingrediente, todo esfuerzo no tendría un sentido pleno.
En un mundo como el que hoy
vivimos, lleno de egoísmo, materialismo, hedonismo, superficialismo, en el que
el muchas personas van sintiendo un vacío cada vez más grande y en el que el estrés ha tomado
como aliado a la depresión ¿como podríamos decirle a alguien que le agregue a su vivir: “Y Con
Alegría” ? ¿Y la gente que sufre? ¿Podríamos atrevernos a decirles que vivan con Alegría?. Tengo meses pensando en estas preguntas y en mi sentir solo encontré una respuesta: La alegría de ellos somos nosotros. Nosotros debemos ser agentes de la Alegría. En ti y en mi está esa posibilidad de que
quienes miran hacia el vacío vuelquen su mirada a lo mucho de lo bello de este
mundo…que quienes sufren encuentren en nuestra solidaridad, la esperanza, y que
sea esa esperanza la que les permita ver lo hermosa que es la vida a pesar de
las adversidades y sufrimientos. Es así que nuestra propia alegría debe ser el
impulso hacia quienes la necesitan; De otro modo, sin nuestra donación al otro seríamos en nuestra terrible comodidad parte del mismo circulo de egoísmo que destruye lo virtuoso que hay en el ser humano.
Para quienes caminamos en la fe un
dato: La palabra alegría aparece 269 veces en la Biblia, 206 en el Antiguo
Testamento y 63 en el Nuevo Testamento. La Alegría es claramente fruto de la presencia de
Dios en el cristiano. Y es esa presencia la que nos impide ser indiferentes y
nos empuja a ser cercanos y compasivos con el prójimo, ese próximo que más nos necesita. La alegría se convierte así en un imperativo en la vida espiritual; finalmente les dejo una frase de San Francisco de
Sales muy propia que dice: "Un Santo triste es un triste Santo”.
Rezamos, Agradecemos y nos
Alegramos Juntos!!!
Demian Garza
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