martes, 17 de mayo de 2016

Y CON ALEGRÍA…

"La sociedad tecnológica ha logrado multiplicar
las ocasiones de placer, pero encuentra 
muy díficil engendrar alegría"
Papa Francisco
La Alegría del Evangelio

Hace algunos años mi esposa y yo trabajamos en un apostolado para matrimonios en crisis de la mano de un sacerdote de la comunidad (ahora Obispo); recuerdo bien que no fueron de ninguna manera días de miel sobre hojuelas en muchos sentidos; mi esposa y yo nos sentíamos muchas veces cansados, frustrados, incomprendidos y hasta tristes en ocasiones por no poder empatar nuestros corazones con otros miembros del equipo. Entonces renovábamos fuerzas y con aquel sacerdote decidíamos seguir adelante con compromiso, con mucha convicción, con entrega…y aquel sacerdote siempre agregaba a nuestras palabras: “Y con alegría”…Y a cada plan y esfuerzo, el sacerdote volvía  añadir “Y con alegría”… Era claro que sin ese ingrediente, todo esfuerzo no tendría un sentido pleno.

En un mundo como el que hoy vivimos, lleno de egoísmo, materialismo, hedonismo, superficialismo, en el que el muchas personas van sintiendo un vacío cada vez más grande y en el que el estrés ha tomado como aliado a la depresión ¿como podríamos decirle a alguien que le agregue a su vivir: “Y Con Alegría” ?  ¿Y la gente que sufre? ¿Podríamos atrevernos a decirles que vivan con Alegría?. Tengo meses pensando en estas preguntas y en mi sentir solo encontré una respuesta: La alegría de ellos somos nosotros. Nosotros debemos ser agentes de la Alegría. En ti y en mi está esa posibilidad de que quienes miran hacia el vacío vuelquen su mirada a lo mucho de lo bello de este mundo…que quienes sufren encuentren en nuestra solidaridad, la esperanza, y que sea esa esperanza la que les permita ver lo hermosa que es la vida a pesar de las adversidades y sufrimientos. Es así que nuestra propia alegría debe ser el impulso hacia quienes la necesitan; De otro modo, sin nuestra donación al otro seríamos en nuestra terrible comodidad parte del mismo circulo de egoísmo que  destruye lo virtuoso que hay en el ser humano.

Para quienes caminamos en la fe un dato: La palabra alegría aparece 269 veces en la Biblia, 206 en el Antiguo Testamento y 63 en el Nuevo Testamento. La Alegría es claramente fruto de la presencia de Dios en el cristiano. Y es esa presencia la que nos impide ser indiferentes y nos empuja a ser cercanos y compasivos con el prójimo, ese próximo que más nos necesita. La alegría se convierte así en un imperativo en la vida espiritual; finalmente les dejo una frase de San Francisco de Sales muy propia que dice: "Un Santo triste es un triste Santo”.

Rezamos, Agradecemos y nos Alegramos Juntos!!!

Demian Garza

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