lunes, 27 de septiembre de 2010

¿Estamos enojados con Dios?

14 de Septiembre de 2010
Recuerdo cuando por allá de principios de los 80`s tuvo un enorme éxito  en la radio una canción muy peculiar de José Luis Perales cantautor español que llevaba por nombre “Dime”. Para muchos era una canción de protesta a Dios, la letra era y sigue siendo fuerte...”Dímelo Dios quiero saber, dime porqué te  niegas a escuchar”… “Porque los ríos ya no cantan, porqué nos has dejado solos…”. Las pobres realidades humanas apuntadas en la canción, son aún cuentas pendientes: Falta de armonía, la violencia, la guerra, niños maltratados, ancianos abandonados, desequilibrio ecológico, contaminación,  pobreza extrema, armas destructivas, la injusticia, la censura, etc.
¿Se siente el hombre abandonado por Dios? ¿Está enojado con Dios? Pienso en el pueblo judío, particularmente en el Antiguo Testamento, en el que su sufrimiento,  espera y sentimiento de abandono, les causaba enojo tal que una y otra vez le hacía renegar de Dios, incluso buscar otras opciones de Dios, como el caso del becerro de oro del libro del Éxodo. Me queda claro que en nuestros tiempos los hombres seguimos fabricando becerros de oro, no esperamos a Dios; materialismo, ocultismo, hedonismo, y tantas cosas más; da la impresión de estar siempre de prisa, citando al maestro Benedetti : “Hay siempre tanto que no llega nunca”.
El miedo avanza y con ello el enojo, a quienes nos toca conducir en esta ciudad, podemos darnos cuenta del enojo que tenemos, la piel es cada vez más delgada, más sensible. Citando un clásico diríamos que “el miedo conduce a la ira, la ira conduce al odio, el odio conduce al sufrimiento”.
Aceptamos que el miedo y el enojo son respuestas naturales, pero las enfrentamos caminando en un sentido opuesto a Dios, utilizando formulas nada efectivas ya probadas desde tiempos de Moisés; la frustración y el enojo deben ser combatidas con esperanza, comprensión, perdón, armonía, alegría, confianza y el miedo debe ser derrotado con FE.  Timoteo 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.  Nada es imposible para Él.
Finalmente ni Perales permite ruptura con Dios cuando afirma… “aún queda alguien que tal vez rezará”…
¡Recemos Juntos!

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