lunes, 11 de julio de 2011

Su Cruz, Mi Cruz.

Nacemos para vivir, por eso el capital más importante
que tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta
que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante,
con el favor de una mente que no tiene limites
 y un corazón que puede amar mucho
 más de lo que suponemos.

Facundo Cabral

Mi hija de tan solo 8 años le preguntó a su madre "¿mamá, es cierto que cada vez que alguien comete un pecado, Jesús va a la cruz?" mi esposa le contesto "así es", luego la niña agregó: "con tanta maldad que hay ahora, creo que Jesús se va a acabar"; Nos quedamos sin habla.

Ya mas tarde despues de una reflexión, me acerque a mi hija y le expliqué, que la gente que da amor a los demás, que hace el bien por otros, acompañan a Jesús a ir a la cruz, y por tanto,  que a veces cargan tambien con esa cruz por amor. Le enfatizé que la gente buena era mucho mas que la gente que estaba enojada por alguna razón y eso los hacía obrar mal. Ella solo asintió.

Esta semana dos dardos simultaneos: Una masacre y el asesinato de Facundo Cabral. El primero sin importar quienes ó porqué, nos lacera y lastima como sociedad; el segundo, un personaje que insistía en que las cosas mas caras de la vida son gratis y estan al alcance de todos, porque son generadas por el amor y Dios almacenó en el hombre mucho, muchisimo de eso. Una vez tuve la oportunidad de intercambiar algunas palabras con él después de un recital, y en otro momento una hermana mía le invitó a comer y él aceptó gustoso. Era un hombre libre,  que conocía y amaba su cruz.

Mi pensamiento ahora escapa hacia Simón el Cirineo, obligado a cargar la cruz de Jesús al Gólgota(Mt 27,32; Mc 15,21), me imagino en él, a nosotros mismos con cargas que no queremos asumir, deseando solo ser espectadores del dolor, ajenos al dolor, lejos del dolor; mi corazón me dice que el Cirineo comprendió que aquellas llagas y aquella cruz eran las de todos los hombres, las del él mismo. También la biblia nos dice que iba acompañado por dos hijos, de nombres Rufo y Alejandro, cuyas vidas también cambiaron con aquel hecho. (Según la tradición se hicieron Misioneros).

Debemos asumir así todo dolor de este mundo, como dolor propio, dolor de uno, dolor de todos y comprender que nada nos es ajeno, y que el problema es y será siempre sembrar amor.

Finalmente una pregunta al aire ¿Nos escondemos o nos asomamos; rehuimos ó asumimos, sumamos ó restamos?

Termino con una pequeña oración:

"Dios, enseñanos a amar, comprender y aceptar, que toda cruz forma parte de la cruz de Jesús, quien sin distingos, nos amó a todos." Amén.

¡Rezamos, amamos y agradecemos juntos!

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