lunes, 11 de octubre de 2010

...sino una sola carne


"Creó Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, y los creó varón y hembra. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer; y vendrán a ser los dos una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne".  Genesis

Recuerdo una película que vi hace algunos años llamada “Fuerzas de la naturaleza” con Sandra Bullock y Ben Affleck; se trataba de que el tipo (Affleck) se iba a casar pero pierde el vuelo al lugar de la boda y tiene que ir por tierra, entonces conoce a una chica (Bullock) y por alguna razón juntos emprenden el viaje, durante el cual ambos se van sintiendo sumamente atraídos uno al otro, la química entre ellos se va haciendo grande, muy grande,  pero al final el tipo toma la decisión de quedarse con su prometida y casarse; La película termina con una voz en off que cita una frase  de un obispo del siglo XVI: “ El matrimonio ofrece menos belleza, pero mayor seguridad que la vida de soltero, está lleno de penas y de alegrías, aguanta más cargas, pero se apoya en todas las fuerzas del amor... y esas cargas son preciosas.”

Aún y cuando de una manera clara, bella y profunda la frase explica la decisión del tipo, el final de la pelicula decepcionó a muchos, y es de comprenderse considerando que ninguna otra institución ha sido más golpeada, vilipendiada, humillada, ninguneada, mancillada, etc.,  que el matrimonio. Los medios de comunicación han desvirtuado las relaciones de pareja, las han “erotizado”, no hay esfuerzo, compromiso, es solo mientras dure la emoción; maltratan al amor, o por lo menos citando una frase del maestro Sabines “No salvan al amor”.

Según el INEGI en el 2008 en Monterrey hubo 24 divorcios por cada 100 matrimonios,  y el 15% de las parejas unidas no estaban casadas. Estadísticas con tendencia al alta, aunque irónicamente también se afirma que a menos matrimonios menos divorcios.

¿Nuestro individualismo ha decidido tirar el muro del matrimonio?  ¿Dejó de ser institución y es ahora un producto cultural?

Estoy convencido de que debemos defender la institución del matrimonio, sí, pero con creatividad, particularmente pienso que a veces se le defiende con discursos moralinos poco efectivos, con intolerancia a otras formas de convivencia (que en definitiva no son matrimonio), con formulas añejas que se quedan solo en ideales no aterrizables a nuestra actualidad y necesidad.

Conozco a una pareja que ha pasado por muchas dificultades, que en algunos lapsos han tenido que soportarse, que en otros han estado al borde de la ruptura, que han sufrido pérdidas, que se han odiado, pero todo ello nunca fue mas que el origen de su amor, sus buenos tiempos, sus hijos, llorar uno en el hombro del otro, la comprensión de los fracasos, la comunión en los triunfos, etc., etc.. Hoy siendo ambos personas de edad avanzada los escucho totalmente convencidos de que todo valió la pena, que esperar, perdonar, permanecer, fue un regalo de Dios, toda tormenta quedo atrás y dio paso a una calma permanente, disfrutable y cómplice que solo ellos conocen y comprenden.

Para mí este es el modelo real de un matrimonio, no el ideal de cuento de hadas, sino el real  de carne y hueso, el que ama y sufre con toda humanidad. No es un matrimonio a prueba de fallas, infalible; es un matrimonio que experimenta y traduce, que será guía para su prole, consejo para la comunidad.

Una manera de fortalecer al matrimonio sería difundir historias reales que muevan a otros matrimonios a perseverar, sembrar, amar; y a los jóvenes a creer en la belleza del matrimonio.

Cerremos los ojos, pensemos en esto, y  oremos juntos algo que podría ser así:

“Señor danos a los matrimonios huertos espirituales de cosechas abundantes para que cuando llegue el invierno, podamos esperar con paciencia, amor y comprensión la primavera”. Amen

“Señor siembra en los jóvenes la convicción de amar y valorar la institución del matrimonio, que conozcan historias que les den la certeza de que es el camino que tiene corazón”. Amen

“Señor que la voz de quienes defienden el matrimonio se escuche fuerte, acompañada de mucha comprensión, convicción y caridad, que abrace y convenza”. Amen.

Rezamos y agradecemos juntos!

5 comentarios: