lunes, 7 de febrero de 2011

Ver con el Corazón

Don Emilio

La primera vez que me atreví a compartir una reflexión fue impulsado, diría casi obligado por una experiencia mística al observar la profunda devoción y espiritualidad de Don Emilio el anciano de 106 años; de ahí nació mi primera reflexión “Que ve Don Emilio” y que abrazaba el  "ver con el corazón".
Esta semana recibí dos correos electrónicos que llamarón mi atención; el primero cuyo título rezaba “Los derechos humanos son para los humanos derechos”  era una triste y errónea interpretación de un tema tan bello como importante: la dignidad humana. El segundo correo trataba sobre el holocausto vivido por los judíos en la segunda guerra y el holocausto vivido por los palestinos en la franja de Gaza llamada por algunos el gueto más grande del mundo.
Del primero solo diré que la justicia está contemplada y encuentra sus límites en las leyes, y todo deseo de querer ir más allá entra en el terreno de la venganza, del rencor, del odio y de todo aquello tan innecesario y tan dañino. La ruta del odio conduce a aquello contra lo que se combate, la víctima se convierte en potencial victimario. El segundo confirma el anterior, la víctima se vuelve victimario, el odio, la venganza y el rencor se consuman.   Ambos correos tienen una cosa en común: No se usan los ojos del corazón.
Nelson Mandela estuvo preso 27 años injustamente, cuando libre llegó a la presidencia de Sudáfrica muchos esperaron el momento de la venganza, pero Mandela “vio con el corazón” y decidió que lo que cambiaría a su pueblo para mejor no sería la venganza, sino la reconciliación.
Gandhi asumió "ver con el corazón" y se rehusó a tomar cualquier camino que no fuera el de la paz. Su esposa murió en la cárcel en una de las tantas veces que lo encarcelaron injustamente a él. Eso no le nublo su visión y prosiguió su huelga de hambre de 21 días que finalmente desembocó en la independencia de la India.
Para quienes practican la fe cristiana Cristo jamás sembró en su corazón ningún sentimiento que no fuera el del amor.  Imaginar a Cristo diciéndole al ladrón en la cruz que el reino de los cielos es para los buenos y no para los arrepentidos es imposible. Los derechos humanos para humanos derechos no fue lo que pensó Cristo con el ladrón en la cruz,  ni con la mujer de fama pública, ni con el cobrador de impuestos, ni con la samaritana, ni con los leprosos, ciegos y enfermos a quienes la ley de Moisés los consideraba malditos, etc.. Jesús no vino a condenar al mundo sino a salvarlo.  Jesús veía con el corazón, con lo mejor que depositó Dios en el hombre, con lo que le dio vida.
No necesitamos más violencia, más odio, más rencor, más venganzas; la justicia está a cargo de todo daño.
Ver con el corazón es una formula probada que ha libertado y reconciliado naciones, y más aún,  que ha puesto a disposición de la humanidad entera el perdón y la gracia en el sacrificio de Jesús.
¿Por qué no empezar a ver el mundo desde hoy con una mirada distinta?
Rezamos, Veamos y Agradezcamos Juntos!!!

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